Acabamos de inaugurar la estación de la primavera el 20 de marzo. Aprovechamos que los días ya son más largos y que las temperaturas se tornan más cálidas para sugeriros disfrutar de una explosión de color y vida en 5 parques madrileños destacados que, a partir de ahora, se convierten en escenarios dónde los madrileños realizamos diferentes planes: desde lugar de encuentro con amigos dónde realizar un picnic o paseos románticos a deportes al aire libre y actividades culturales entre otros. Hay tantos planes como personas, así que deja volar tu imaginación y ábrete a la primavera:
El Retiro
Es el parque más conocido y uno de los pulmones de la capital ya que cuenta con 125 hectáreas y más de 15000 árboles. Sus orígenes comienzan cuando la orden de San Jerónimo construye su monasterio extramuros y se dota de cuartos reales para el retiro de los reyes en épocas de luto, cuaresma o después de actos religiosos. En el s. XVII el valido de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, encarga la construcción de una finca de recreo para los Reyes. Durante la Guerra de Independencia en el s. XIX, las tropas francesas toman este lugar como su cuartel realizando graves destrozos, algunos de ellos han sido insalvables perdiendo parte de su patrimonio. En 1868 se abre públicamente. Y en 1935 se declara Jardín Histórico Artístico.
El Parque del Retiro ofrece multitud de rincones destacados como el Palacio de Cristal, el Palacio de Velázquez, el Centro Cultural Casa de Vacas; el monumento a Alfonso XII; los caprichos de la Casa del Pescador, la Montaña Artificial y la Casa del Contrabandista. Entre sus fuentes más emblemáticas, la más importantes son las fuentes del Ángel Caído y de los Galápagos.
En esta época del año es imprescindible visitar los Jardines de Cecilio Rodríguez de estilo clasista con aires andaluces dónde se encuentran los pavos reales en celo con las plumas abiertas bien coloridas en tonos azules y verdes haciendo la danza del cortejo. Estos jardines se encuentran entre el Paseo de Coches y la calle Menéndez Pidal. Otro lugar importante es La Rosaleda de forma elíptica y compuesta de una gran variedad de rosas que conforman una multicolor gama cromática. Es la más visitada por los madrileños dada su ubicación al final del Paseo de Coches y cerca de la Plaza del Ángel Caído, en el centro de la ciudad.
Además, diversas actividades y eventos se suceden en primavera en el Parque del Retiro: desde abril se podrá acceder al monumento de Alfonso XII en el estanque principal; durante la celebración de las fiestas de San Isidro a mediados de Mayo, el estanque también se convierte en protagonista con el espectáculo de luces, música y fuegos artificiales; y, también en Mayo comienzan a realizarse conciertos de música sinfónica en el Templete.

El Capricho
Esta joya del romanticismo, única en Madrid, situada en el barrio de Alameda de Osuna, dentro del barrio de Barajas, es uno de los grandes desconocidos de la ciudad. Tiene 14 hectáreas divididas en dos zonas: el jardín de estilo francés y el de estilo inglés.
Lo manda construir la Duquesa de Osuna, Doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel en 1787. Durante la invasión francesa de 1808 pasa a manos de un general francés que utiliza esta finca como instalaciones para sus tropas. Tras la retirada del ejército francés, la propiedad vuelve a manos de su dueña quién acomete la reforma del lugar. Los dueños siguen cuidando la propiedad y utilizándola para fiestas de la alta sociedad hasta que la viuda de Mariano Téllez-Girón, nieto de la Duquesa de Osuna, se ve obligada a subastarla para contribuir a pagar sus deudas en 1882. La compra Gustavo Bauer y la finca es conservada en buen estado por la familia Bauer hasta 1936. Durante la Guerra Civil el general Miaja manda construir refugios antiaéreos subterráneos que se unían mediante galerías y túneles. Fue declarado Jardín Artístico en 1943. El Ayuntamiento de Madrid lo compra en 1974 y lo declara Bien de Interés Cultural en 1985. A partir de entonces se acometen varias reformas y adecuaciones para visitantes y se restringe la visita a sábados, domingos y festivos.
Con el fin de cuidar la limpieza y la conservación del parque, la afluencia de público está limitada a unas 1000 personas por día, no permitiéndose la entrada de alimentos, bebidas, animales o bicicletas.
Tiene multitud de rincones con encanto como la Exedra de planta semicircular rodeada de esfinges, el Jardín Bajo que es el jardín más antiguo que rodeaba la primitiva casa y en el cuál se puede disfrutar del laberinto, la Fuente de los Delfines o de las Ranas, el Palacio neoclásico que se va a convertir en un museo dedicado a la Duquesa de Osuna y a la Ilustración, el Templete de Baco, la ermita, el embarcadero o Casa de Cañas, el salón de baile y el Abejero que es una estancia circular acabada en sus extremos por panales dónde se podía ver a las abejas trabajando.
En primavera comienza la floración de las miles de lilas que eran las flores favoritas de la Duquesa de Osuna. Éstas dan un toque de colores lila y malva a sus prados y jardines.
También, en primavera, se reanudan las visitas al búnker del general Miaja, una de las actividades más demandadas por los madrileños.

Quinta de Los Molinos
Este parque histórico se sitúa en el barrio de Salvador, en el distrito de San Blas. Es otro de los desconocidos de Madrid debido a su situación al final de la calle Alcalá. Tiene una extensión de 25 hectáreas divididas en la zona norte de estilo romántico paisajista y la zona sur de carácter agrícola.
En 1920 el arquitecto e ingeniero alicantino César Cort Botí adquiere una finca dónde en 1925 construye su palacete de estilo prerracionalista en la zona al norte del camino de Trancos. Hasta los años sesenta, la finca se va a ampliar con la compra de otros terrenos colindantes. Lugar dónde César Cort puso en práctica algunas de sus concepciones urbanísitcas sobre el tránsito de la ciudad al campo. En 1982 los herederos acuerdan con el Ayuntamiento de Madrid que 21 hectáreas pasen a formar parte del patrimonio público. Se inicia un proceso de restauración que finaliza al incluirlo en 1997 como Parque Histórico de especial protección del Ayuntamiento.
Entre los elementos más notables del parque se encuentran su palacete orientado hacia el sur, la Casa del Reloj de paredes rojizas, los dos molinos de viento que dan nombre al parque y que se traen desde Estados Unidos para extraer las aguas y regar los cultivos de regadío, y su hermoso estanque.
Es todo un espectáculo de unos días de duración entre febrero y marzo (dependiendo de la climatología) ver a sus miles de almendros en flor conformando un paisaje de gran belleza que congrega a curiosos, amantes de la naturaleza, pintores y público general.

Casa de Campo
Es otro de los parques más conocidos de la ciudad. Se engloba, junto al Retiro, como pulmón de Madrid. Se sitúa en la zona oeste de la ciudad. Posee 1722,60 hectáreas consagrándose como el mayor parque público de Madrid que procede de un espacio natural. Es 12 veces más grande que Hyde Park en Londres.
Pudo ser un asentamiento romano y se ha descubierto una necrópolis visigoda en sus terrenos. En el s. XV la familia de los Vargas se hace con varias propiedades cercanas al cazadero real de El Pardo y en 1519 Francisco de Vargas y Medina manda construir una casa de campo dónde Carlos I solía pasar largas temporadas. Felipe II se fija en este lugar como nexo de unión entre el Alcázar con el Real Sitio de El Pardo, que le ofrecía mayor posibilidad de esparcimiento y proveería de la práctica de la caza por su riqueza cinegética. En 1562 Felipe II le compra su finca a los Vargas. Con Felipe III, parte de los terrenos son destinados al cultivo de la tierra y la cría de ganado, aves y peces para que el recinto tenga una cierta independencia económica. En tiempos de Felipe IV, el interés de la Casa de Campo decrece en favor del Palacio del Buen Retiro. A finales del siglo XVII y principios del S. XVIII esta posesión real entra en decadencia. Con la llegada de la dinastía de los Borbones, Felipe V ordena la remodelación de los jardines de estilo francés. Con el apoyo de Fernando VII es declarada Bosque Real. Durante el reinado de Carlos III se produce el auge del rendimiento de la Casa de Campo con nuevos cultivos y sistemas de riego para hacerla autosuficiente, también adquiere nuevos terrenos. En 1829 se construye el pasadizo que comunica el Palacio Real con el Puente del Rey. En 1878 sufre un incendio. Después del nombramiento de la Segunda República en 1931 fue cedida por el Estado al pueblo de Madrid. Durante la Guerra Civil se establecen trincheras y fortines de los sublevados. Desde 1946 ha permanecido abierta al público. Ha sido declarada Bien de Interés Cultural en 2010 por la Comunidad de Madrid.
Ofrece una gran variedad de rincones importantes: el Puente de la Culebra que es la obra artística de mayor valor, el mirador de la Huerta de la Partida, el parque de atracciones, el zoológico, el teleférico que une en 11 minutos la Casa de Campo con el Parque del Oeste, el lago y el Palacio de los Vargas que tendrá un uso cultural o museológico.
Es mágico ver los cambios de color según cambian las estaciones del año. En primavera, la Casa de Campo se tiñe de amarillos por la floración de las retamas y de tonos rosáceos con la floración de de los madroños.
Lugar idóneo para el contacto con la naturaleza. También se practican deportes y se convierte en zona de pruebas y concursos deportivos.

Parque del Oeste
Este parque situado en el oeste de la ciudad ocupa casi 100 hectáreas. En su origen, esta superficie era el principal vertedero de la ciudad. El parque se crea a partir de la iniciativa de Don Alberto Aguilera, alcalde de Madrid, que pidió al paisajista Abraham Pedraza el trazado de un lugar para el paseo y descanso de los madrileños. Se construye en dos fases: la primera comienza en 1893 y la segunda en 1906. En tiempo de la Guerra Civil, se transformó en campo de batalla y el Cuartel de la Montaña fue asaltado por madrileños en 1936 en busca de armas para defenderse del ejército sublevado. Restos de búnkeres y trincheras se pueden ver en su extremo norte. Al finalizar la guerra, el jardinero mayor Cecilio Rodríguez se encarga de su reconstrucción. Entre 1956 y 1973 se anexionan los terrenos del Cuartel de la Montaña dónde se localiza el Templo de Debod.
Lugares singulares dentro del recinto del parque son el Teleférico para viajar hasta la Casa de Campo, la Escuela de Cerámica, el edificio más antiguo de Madrid: el Templo de Debod y 3 búnkeres para ametralladoras.
La parte del parque más visitada en primavera es la Rosaleda Ramón Ortiz que se localiza en el extremo sur. Entrar cuando los rosales florecen es toda una exaltación para los sentidos por los diferentes colores y los agradables olores que ofrecen las casi 600 especies de rosas de diferente procedencia.
Durante las fiestas de San Isidro en mayo, se convoca el concurso popular Rosa de Madrid. Cualquier ciudadano puede votar su rosa favorita entre una serie de rosas seleccionadas por los jardineros que cuidan del parque. Cada año, también en mayo, se celebra el Concurso Internacional de Rosas Nuevas de la Villa de Madrid.
