Tenemos un vocabulario tan rico y situaciones tan diferentes en la capital que, de nuevo, dedicamos un espacio a hablar sobre refranes y dichos de Madrid. Algunos de ellos son tan populares que han traspasado nuestras fronteras llegando a Latinoamérica. No te pierdas esta entrega si tienes pensado venir a la ciudad:
Esto parece el Corral de La Pacheca:
Significa lugar bullicioso, escandaloso y dónde reina la confusión y el jaleo.
Un corral de comedias era un patio amplio que se abría en el interior de las casas de vecindad y en los que había solamente un tablado en el medio para las representaciones. El resto del espacio se distribuía para los espectadores atendiendo a su sexo y a la clase social. Los corredores eran usados por las mujeres y los hombres ocupaban la parte baja. Por otro lado, la gente de clase social más alta se sentaba en bancos, mientras que el resto se apiñaba en el gallinero, llamado así por el guirigay que se formaba.

Según el Tratado Histórico sobre El Origen y Progresos de la Comedia y del Historicismo en España de Dº Casiano Pellicer, publicado en 1804, se reforma un corral en la calle Príncipe en 1568 que pertenecía a Isabel Pacheco apodada La Pacheca. Era uno de los corrales más famosos y bulliciosos de Madrid.
Si te interesa saber más acerca de los corrales de comedias, puedes realizar nuestro free tour Siglo de Oro Desconocido.
La casa de Tócame Roque:

Se utiliza para designar aquella residencia en la que reina la confusión y hay con frecuencia alborotos y riñas.
La historia sobre este dicho cuenta sobre una casa que perteneció a dos hermanos llamados Juan y Roque. Debido a una herencia mal resuelta, ambos se disputaban la propiedad de la misma y discutían con mucha frecuencia y muy acaloradamente sobre a quién le tocaba en el reparto. “Tócame Roque”, decía Juan a voz en grito. A lo que Roque contestaba “Tócame a mí”.
El chascarrillo no tardó en correr de boca en boca por las calles de Madrid.
El inmueble se situaba en la calle Barquillo desde mediados del s. XVIII. Era una corrala conocida como La Casa de Tócame Roque que inspiró diversas obras de teatro, quedando reflejada en la literatura en el sainete “La Petra y La Juana” también conocida como “El Buen Casero” de Dº Ramón De La Cruz, publicado en 1791 por primera vez.
La casa estaba habitada por 72 familias de humildes herreros, “chisperos”, cuyas vidas transcurrían entre riñas y escándalos vecinales. En los bajos del edificio se hallaban los negocios dedicados a la fragua y la herrería.
Hacia 1850 los propietarios del inmueble deciden derribarlo. Los inquilinos se amotinaron y se resistieron a esa petición.
Para visualizar esta casa y la escena entre Juan y Roque podéis hacer nuestra ruta del Museo del Prado y ver el cuadro de Manuel García “Hispaleto” de 1886.
El Ayuntamiento de Madrid colocó en la fachada del inmueble nº 49 de la c/ Barquillo una placa en forma de rombo para identificar el lugar exacto donde se situó la casa de Tócame Roque.
De Madrid al Cielo y en el cielo un agujerito para verlo:
Se dice que es el mejor lugar para vivir.
Pudo hacerse famosa a finales del s. XVIII a raíz de las reformas que Carlos III realizó en la ciudad para embellecerla. Gracias a ellas, Madrid dejó de ser una villa castellana anclada en el pasado y pasó a convertirse en la regia capital de un vasto imperio.
Otra hipótesis afirma que en el Cerro Garabitas en la Casa de Campo se reúnen todas las noches las almas de los difuntos madrileños y desde allí ascienden al cielo. Esta creencia la alimentan los vecinos del parque que aseguran ver luces que ascienden por las copas de los árboles. Es probable que sean luciérnagas o fuego de San Telmo.

La tesis más fiable relaciona el refrán con la obra del dramaturgo del Siglo de Oro, Luis Quiñones de Benavente, titulada “Baile de Invierno y del Verano”. En ella hay unos versos que dicen:
“Pues en invierno y en verano,
En Madrid sólo son buenos,
Desde la cuna a Madrid
Y desde Madrid al Cielo.”
El agujerito para verlo hace relación al orgullo que sentían los madrileños sobre su capital y quieren seguir viéndola desde el cielo.
De noche, todos los gatos son pardos:
Significa que con la falta de luz por la noche no podemos apreciar bien los detalles y es más fácil disimular los defectos de quién se presenta y las tachas de lo que se vende.
Los madrileños que tienen los cuatro abuelos de Madrid son llamados gatos y pardos puede venir por los hábitos con este color que utilizaban los monjes de los múltiples conventos de la ciudad.
En nuestro free tour Básico de los Austrias os explicamos por qué a los madrileños se nos conoce como gatos.
Armarse la marimorena:
Se utiliza para la formación de una gran riña.
En el Madrid de los Austrias del último cuarto del s. XVI había una taberna en la Cava Baja que era regentada por el matrimonio compuesto por Alonso de Zayas y su esposa María Morena (no queda claro si “Morena” era el apellido o un mote por el color de su cabello).
Esta pareja se hizo famosa en 1579 debido a un proceso judicial que se abrió contra ellos por una trifulca que se armó en el establecimiento tras negarse a servir su mejor vino a un grupo de soldados que habían llegado sedientos. Este caldo de mejor calidad era guardado para ser servido a los clientes de mayor abolengo ya que la cantina era visitada por ilustres funcionarios y miembros de la Corte.
Ante la negación, comenzó en el local un alboroto. Los escritos explican que la que repartió más leña fue la propia tabernera conocida por todos los lugareños como Mari Morena.
Otras fuentes apuntan a que lo que realmente se negó fue a vender unas botas de vino (o cueros de vino como se conocían en aquella época) indicando que el motivo fue el mismo que el anteriormente señalado.
María Morena era una mujer de armas tomar, de las que no se recataban a la hora de llamar la atención o montar un follón a aquellos clientes que pretendían marcharse sin pagar o habían bebido más de la cuenta; por lo que su fama la precedió, llegando hasta nuestros días esta famosa expresión cómo sinónimo de riña o bronca.
No confundir con la Marimorena del popular villancico navideño que hace referencia a la Virgen María conocida en algunos lugares como La Moreneta o La Virgen Morena.
Puedes descubrir la vida de más madrileñas importantes en nuestro free tour Mujeres Olvidadas de Madrid.
Das más lata que Cascorro:

Se dice cuando un amigo consigue hacer que el resto de la pandilla se ponga de acuerdo para quedar ya que se considera que tiene la misma persistencia que tuvo Eloy Gonzalo utilizando una lata de petróleo con la que se deslizó e infiltró tras las líneas enemigas para provocar un incendio con el que él y sus compañeros consiguieron escapar del asedio al que se encontraban sometidos por los independentistas en septiembre de 1896.
La leyenda relata que el soldado se prestó voluntario para esta gesta y pidió que se le atara con una cuerda para que se pudiese recuperar su cuerpo. Volvió indemne a su posición.
La actitud que tuvo Eloy Gonzalo durante la Guerra de Cuba le valió para pasar a la historia identificado con dicha expresión. Desde entonces, el pueblo de Cascorro da nombre a una de las plazas de Madrid, protagonista cada domingo por la celebración del mercado más castizo de la capital: El Rastro.
Eres más agarrao que un chotis:
Hace referencia a alguien que es poco o nada generoso.
El chotis es el baile tradicional y popular de chulapos y chulapas y por antonomasia del pueblo de Madrid. Se baila por primera vez en el Palacio Real en 1850. Se baila en pareja, cara a cara, siguiendo los tiempos de un organillo. El hombre baila sobre su propio eje en un baldosín o baldosa; mientras que la mujer agarrada al hombre mientras gira con gracia alrededor del hombre.

Tabaco, toros, naipes y vino llevan al hombre a San Bernardino:
Significa que siguiendo los cuatro vicios peligrosos primeros, el hombre podía echarse a perder.
San Bernardino era un asilo que había en Madrid situado extramuros de la ciudad, sobre Las Huertas de Leganitos. Fundado en 1834 por el corregidor Marqués Viudo de Pontejos. Abre sus puertas con capacidad para 700 mendigos de ambos sexos dónde se les enseñaba un oficio.
Cuando fue desamortizado, pasó a la beneficiencia municipal y se clausuró en 1907. Tras la Guerra Civil fue derribado y se construyó en el solar el Pabellón de Gobierno y la Residencia de Profesores de la Universidad Complutense en la calle Isaac Peral.
Más orgulloso que Dº Rodrigo en la horca:

Se utiliza para describir la entereza, soberbia y actitud orgullosa que mantiene una persona que está atravesando un momento difícil y adverso.
Don Rodrigo Calderón poseía los títulos de Marqués de las Siete Iglesias, I Conde de la Oliva entre lo más importantes y, además, era favorito y valido del Duque de Lerma. Era una persona sumamente avariciosa y durante toda su carrera se lucró a costa de los demás granjeándose bastantes enemigos. Ejemplo de ello es el cuadro de La Adoración de Los Reyes Magos de Rubens que fue un regalo de la ciudad de Amberes a cambio de favores en las transacciones comerciales.
Cuando el Duque de Lerma perdió su poder a la muerte de Felipe III, Don Rodrigo cayó en desgracia ya que el nuevo valido de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, decidió encarcelarlo y ejecutarlo. Estuvo preso 32 meses y las acusaciones eran 244 abusos de poder, 4 muertes, el envenenamiento de la reina Margarita de Austria-Estiria y el uso de hechizos para ganarse las simpatías del rey.
Fue torturado en el potro para conseguir su confesión sobre todas las imputaciones. Reconoció haber encargado el asesinato del soldado Francisco de Juaras que mediaba y encubría a un músico que estaba coqueteando con su mujer, Inés de Vargas y Trejo. Durante el juicio explicó que habría retado a este soldado si hubiese sido noble y que a ser plebeyo mandó realizar el asesinato. Del resto de acusaciones se declaró inocente y ni la crueldad de la tortura consiguió arrancar ni una sola palabra de confesión más allá de la muerte premeditada del soldado anteriormente nombrado.
El día de su ejecución, Don Rodrigo se negó a entrar a través de la calle de la Amargura (hoy calle del Siete de Julio) a la Plaza Mayor y abrazó y besó al verdugo. Su entereza sobre el cadalso antes de ser degollado convirtió a este personaje en héroe popular.
El Conde de Villamediana lo resumió de esta forma:
“Viviendo pareció digno de muerte,
muriendo pareció digno de vida.”
Si conoces algún otro refrán que no esté en nuestros blogs o te apetece saber el significado de alguna expresión de la jerga madrileña, por favor déjalo en los comentarios y crearemos otro blog con el origen y significado de esas frases hechas o palabras típicas de la capital.