NAVIDAD CON ENCANTO​

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Hemos pasado por delante de sus puertas en multitud de ocasiones desconociendo que van tan ligados a la historia de Madrid como nuestras propias vidas. Cuando nacimos ya estaban en las calles de Madrid, nos hicimos adolescentes y seguimos viéndoles, de adultos pensamos que nos acompañarían por mucho más tiempo. A veces, por desconocimiento o por falta de tiempo, nunca hemos atravesado el umbral de sus puertas para disfrutar de toda la magia que guardan en su interior y aprovechar los productos, casi únicos, que ofrecen. La Navidad es una ocasión especial y nos da la excusa perfecta para sumergirnos dentro de estos establecimientos que son testigos de eventos y hechos relevantes que han ocurrido en la capital de España. Dedicamos este blog a una selección de comercios centenarios de Madrid que tienen especial relevancia en Navidad.

Santarrufina

En la calle Paz 9 encontramos este negocio dedicado a la realización de nuevos proyectos de objetos religiosos o a restauración de orfebrería, imaginería, ornamentos, textiles,……….

Comienza a funcionar en 1887 en el mismo local dónde atienden hoy en día. Su fachada original, que aún se mantiene en perfecto estado, está catalogada y protegida por el Ayuntamiento de Madrid.

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Fachada principal

Lotería Sol

Más o menos al tiempo que comenzaba la tradición de las doce uvas de la suerte, comenzamos a tener noticias de Lotería Sol, conocida como la Lotería de los Gordos, en la Puerta del Sol 13. Durante la Guerra Civil cae una bomba en la misma puerta de la administración, y por obra de la suerte y el azar, ésta no sufre daños. Con la nueva numeración de la Puerta del Sol, la administración pasa a ser el Nº 12.

Ha dado diferentes premios durante su andadura desde 1896, entre ellos el Gordo de Navidad y el Niño. Siendo la cuarta administración de la ciudad que más lotería vende, confiamos en que este año volverá a darnos algún premio.

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Caja de Roscón de Reyes

Casa Mira

En 1842 el poeta más representativo del Romanticismo, José de Espronceda muere en Madrid. En este mismo año un joven Luis Mira se marcha de Jijona y llega hasta la capital dónde comienza a vender su turrón en un tenderete en la Plaza Mayor. Logra servir a la Casa Real desde Isabel II a Alfonso XIII. El negocio va pasando de generación en generación hasta los actuales dueños, sexta generación de la misma familia que sigue fabricando artesanalmente sus turrones.

La fama de este establecimiento situado en la Carrera de San Jerónimo 30 comienza a dispersarse por Madrid con rapidez hasta ser un referente de calidad. Aunque, en este negocio podemos encontrar también otros dulces exquisitos.

Mariano Madrueño

En 1895 Cánovas del Castillo sube al poder mientras Mariano Madrueño abre su fábrica de licores y jarabes en el centro de Madrid. Utilizaba técnicas artesanales en su elaboración y cuya venta era a granel. En 1999 la manufactura cierra quedando sólo la licorería más antigua de Madrid en la calle Postigo de San Martín 3. En su bodega subterránea se siguen conservando y criando los diferentes vinos.

 En los inicios de este negocio sólo se vendían las marcas propias. Después de la guerra civil se empiezan a comerciar con otras marcas y en estos momentos la tercera generación de la familia Madrueño vende vinos y cavas nacionales.

Posada de la Villa

Se encontraba en el único molino de harina de la capital que en 1642 se convierte en la primera posada de la Corte situada en la calle Cava Baja 9. En estos momentos, restauración y alojamiento iban completamente de la mano 

como negocio ya que en el comedor de las posadas sólo podían ser servidos los ingredientes que el viajero traía para ser cocinados y nadie que no estuviese alojado podía entrar y ser servido en el comedor. 

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Fachada principa de la Posada de la Villa

La zona de la Cava Baja se convirtió en lugar de hospedaje con diferentes negocios dedicados a esta actividad debido a la demanda que generaban los comerciantes, trabajadores y visitantes que accedían a Madrid.

Este tipo de actividad comienza a decaer afectando a las posadas de la Cava Baja hasta que en 1980 es rescatada de la ruina por un hostelero que invierte dos años de restauración convirtiéndola en un exitoso horno de asar. Se le han otorgado diversos premios como el Gran Collar Gastronómico Internacional o la inclusión en la Guía Michelín.

En lo que se refiere a gastronomía, destaca la gallina en pepitoria, el asado de cordero lechal y el plato típico por excelencia de Madrid, el cocido, hecho en puchero.

Mercado de la Cebada

En el s. XVI la Plaza de la Cebada se aprovechaba como mercado de verduras, cereales y productos de cerdo. En el s. XVII se acondicionó como jardín público para los festejos de San Isidro. En la primera mitad del s. XIX se utilizaba como patíbulo. Sin embargo, la función de esta plaza cambia cuando en 1868 se proyecta el primer edificio del Mercado de la Cebada. Se construye entre los años 1870 y 1875 y es inaugurado por Alfonso XII. El material principal de construcción fue el hierro como marcaba la moda de finales del s. XIX, y de hecho las columnas se traen desde París. Se convierte en el Mercado Central de Frutas y Verduras de Madrid que abastecía a los pequeños comerciantes de la ciudad hasta que es sustituido por el Mercado de Legazpi y pasa  a ser un mercado de abastos en el barrio de La Latina que se completa ya con la venta de pescados y carnes. En 1956 se derriba por problemas higiénicos, se vuelve a construir en 1958 y se inaugura en 1962. A día de hoy, el mercado convive con exposiciones y eventos que lo convierten en un lugar lleno de alegría y colorido.

Fachada lateral del mercado

Si te ha gustado esta entrada y quieres conocer más establecimientos con historia, no os perdáis nuestro free tour Comercios Centenarios.

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